“Si te
duelen las muelas vas al odontólogo
y si te
duelen los sentimientos…?”
No
nos engañemos. Tomar la decisión de ir a un psicólogo no es tan simple como
pagar la cuenta de la luz. Sí. En teoría, estamos en tiempos de apertura mental
y liberación de prejuicios. Pero a la hora de la hora, no hay tal. “Fulano va
al psicólogo”, dicen algunos en voz baja. Desde entonces, “fulano” será blanco
de miradas caritativas o suspicaces. “Va por flojo. Yo resuelvo mis propios
problemas solo”, dirá alguno. “¡Pobrecito!”, señalarán otros. “Yo sí había
notado algo extraño en él…”, pensarán los más desconfiados.
Para completar, no es despreciable el
número de personas que siente verdadera aversión por los psicólogos. Muchos
piensan que se trata de aprendices de brujo que te dan consejos obvios y te
cobran por perder el tiempo contigo. Dicen que venden aire para que aprendas
que el agua moja.
¿Cuándo debes consultar?
Es difícil separarse de la mirada de los
demás y tomar la decisión autónoma de consultar un psicólogo. Generalmente se
hace durante una fuerte crisis, cuando te das cuenta de que si no haces algo,
te hundes. No es necesario esperar hasta estar en una situación extrema para
tomar la sana decisión de pedir ayuda.
Estas son algunas de las condiciones que
hacen necesaria una intervención psicológica en tu vida:
* Cuando sientes que has perdido la
esperanza.
* Cuando sufres y no logras identificar un
por qué concreto.
* Cuando el conflicto, o la agresión, o la
dependencia son el fundamento de tu relación con los demás, así pienses que son
ellos los que generan el problema.
* Cuando la angustia y el miedo
inespecífico son tu pan de cada día.
* Cuando tu expresión favorita es: “Estoy
harto”.
De hecho, si se te ha pasado por la mente
consultar con un psicólogo, simplemente hazlo. Así no veas grave lo que te
sucede. Lo peor que puede ocurrirte es vivir una nueva experiencia que puede
ser o no, lo que estás buscando.
“Uno
habla solo porque uno no dice jamás sino una sola y misma cosa,salvo si uno se
abre a dialogar con un psicoanalista…”
Lacan- Seminario XXIV -11/1/77
Lo que debes tener en cuenta
Cuando comprendes que no te alcanza el
consejo de un amigo, y que no es lo mismo…
Un psicólogo no es un nuevo mejor amigo. Se
trata de un profesional entrenado para ayudarte a reorganizar tus ideas y tus
sentimientos, de modo que sufras menos y tengas una vida más armónica.
El resultado de una intervención
psicológica no es la felicidad plena. Lo que un profesional de la salud puede
hacer por ti es aportarte herramientas para que abordes tus problemas y
conflictos con mayor asertividad. Esto, evidentemente, mejorará tu calidad de
vida, pero no te inmunizará contra el sufrimiento o la confusión.
No todos los psicólogos son iguales. Los
hay más directivos, que construyen contigo soluciones puntuales para el asunto
que te llevó a consulta y optan por una terapia breve. Otros buscarán ir un
poco más allá y no solamente trabajarán el problema que te aqueja aquí y ahora,
sino que ahondarán en el contexto de tu vida. Algunos más te llevarán a buscar
las fuerzas inconscientes que operan en lo más profundo de tu ser, en el marco
de un proceso largo.
Es importante que investigues antes de
elegir el tipo de intervención que quieres. También debes asegurarte de
consultar un profesional idóneo y preguntarle abiertamente por su enfoque y su
metodología de trabajo.
Algo que te puede parecer antipático es el
tema del tiempo y el dinero. No es fácil acostumbrarse a desnudar el corazón
herido ante alguien que en cualquier momento te dice “Acabó su tiempo” y luego
te cobra. Al principio dan ganas de llorar. Con el tiempo, entiendes que buena
parte de tu cura depende de esos dos factores: encuadrar un momento para la
terapia y quedar libre de lazos con el psicólogo pagándole por su trabajo.
Lic Carlos Tryskier
www.psicarlostryskier.com.ar
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