Perversión
: el término popular tiene un trasfondo moralista, suponer que las cosas tienen una naturaleza y
que desviarse de ellas implicaría ser un pervertido, llevándolo al campo de la sexualidad tendríamos entonces
que la perversión se desvía de la norma sexual.
Freud se distanció de este concepto ampliando el
campo de las perversiones a toda la sexualidad.
En tres ensayos de una teoría sexual de 1905 considera la sexualidad
normal como un lugar hacia una meta , desliga el termino sexualidad de la genitalidad, ampliándola y
caracteriza a la sexualidad infantil, sometida al juego de las pulsiones parciales, lejanas
de ser una sexualidad genital en pos de la reproducción . Así tenemos al niño
como un perverso polimorfo.
Freud
plantea cuestiones mas allá de la descripción fenomenológica definiendo a la
perversión como una conducta con mecanismos propios diferentes de la neurosis y
la psicosis.
Es Lacan
mas adelante quien divide en tres estructuras clínicas: neurosis ,
perversión y psicosis.
Aunque la estructura perversa y la neurótica comparten
algunas características (están dentro de la dialéctica fálica, el Edipo, e
inscripción del Nombre del Padre) ambas estructuras se diferencian claramente.
En la
perversión hay falta de represión, porque no responde a un orden natural en su
desarrollo psicosexual, mas ligado a su
propia historia, especialmente al atravesamiento del Edipo que determinará la posición del Sujeto en la
estructura.
Este
ordenamiento se basa en una norma de funcionamiento del aparato psíquico, y no
de normas morales establecidas dentro de una sociedad.
Una cosa es
una estructura perversa, y otra las
fantasías perversas de los neuróticos. A los actos perversos que hacen los
neuróticos Lacan los llama perversiones
transitorias, allí ubicamos por ej. El placer de espiar, los juegos
eróticos, los juguetes, los disfraces, etc.
La neurosis es el negativo de
la perversión, es decir que los perversos hacen lo que los neuróticos fantasean.
El
deseo es una pregunta, es tolerar un no tener, una pregunta sobre el deseo
mismo, y esto en el perverso no existe, no hay deseo erótico, no se pregunta ni
asocia, por ello es difícil su continuación en un análisis, ya que nunca se
angustia, si podría dudar o preguntarse podríamos hablar de acto perverso y no
de perversión.
Lic. Carlos Tryskier
www.psicarlostryskier.com.ar
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